- cebolla
- arroz arborio o grano corto redondo
- vino blanco
- queso rallado
- mantequilla
- aceite de oliva
- sal
- pimienta
- caldo de pollo
- Tomillo a gusto
- Una ramita de hierba para decorar
Pica la cebolla o chalotas en cuadraditos finos tipo brunoise. Suda la cebolla picada en aceite de oliva no muy caliente en una sartén amplia u olla baja. Luego de que la cebolla haya dado su sabor a la olla, agrégale el arroz, sellándolo levemente sin quemarlo ni tostarlo, a fuego más bien bajo. Sube el fuego al momento de agregarle una taza de vino blanco, champaña o vino tinto, según tu preferencia. Con el vino tinto el risotto quedará morado, pero más dulzón. Prefiero el vino blanco. Incluso he probado cerveza rubia y funciona bien.
Una vez que se haya evaporado prácticamente todo el vino, agrega con un cucharón caldo de pollo (u otro dependiendo de su preferencia), una vez, y revuelve. Le puedes agregar tomillo fresco o seco para que aromatice, o tenerlo previamente en el caldo. Continúa agregando el caldo de pollo caliente cada vez que se empiece a secar el arroz. Nunca dejes que se seque por completo, pero tampoco que quede demasiado húmedo. Se continúa de esa manera y revolviendo poco a poco. En teoría, unos 17 minutos después y habiendo agregado poco a poco prácticamente el doble de caldo que de arroz y revolviendo, el risotto debería estar listo, es decir, cocido aldente. En ese momento prueba la sal, corrige y apaga el fuego. Agrega un buen puñado de queso parmesano rallado, u otro de tu preferencia, y una porción de mantequilla fría. Revuelve enérgicamente hasta que se emulsione la mantequilla. Tápalo cinco minutos. Sírvelo acompañando un pollo, pescado o carne. Si se le agregas muchos ingredientes, se puede servir como plato solo, decorado con alguna hierba cmo perejil o salvia.
Disfruta este excelente plato italiano clásico con una copa de merlot joven sin madera, fresco, a unos 16 grados celsius.
Satsifacción garantizada!!!!
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